POR JOSÉ LUIS BARRAGÁN
Don Ricardo Durán Fimbres, Cronista del municipio de Huásabas, Sonora, miembro fundador de la Asociación de Cronistas Sonorenses, A. C., ACROS, desde 1991, murió el pasado 23 de febrero por complicaciones de salud. Huásabas se ubica al Noreste del estado de Sonora, cuenta con una superficie de 711.17 kilómetros cuadrados y 962 habitantes. Huasaca, de lengua ópata que tiene dos significados: Lugar de tierras enyerbadas o lugar de tierras llenas de basura que arrastra el río. Don Ricardo nació en la cabecera municipal, Huásabas, el 4 de agosto de 1943. Casado con doña Mariana Moroyoqui Durazo, tuvieron tres hijos: Josefina, Leonardo y María Auxiliadora. Doña Mariana murió en el año 2000. Por don Ricardo supimos que el pueblo de San Francisco de Huasaca fue fundado en 1645, recibiendo su nombre del jesuita Cristóbal García. Con Ricardo. Alto, de aspecto tranquilo que hablaba poco, prefería escuchar aunque cuando hablaba decía cosas muy interesantes. Estudió hasta la secundaria, lo que no impidió que fuera un gran investigador de su municipio y región. Curioso por naturaleza, tenía un impresionante archivo personal, documentos que le fueron regalados por sus vecinos quienes le decían: fíjate que tengo unos documentos viejos en mi casa y no sé que hacer con ellos, a lo que don Ricardo respondía de inmediato ¡Vengan pa’ acá!
Publicó diversas investigaciones acerca de minas legendarias, tesoros, la famosa legua (otrora manzana de la discordia) entre Huásabas y Granados, fantasmas, el peregrinar de don Juan Navarrete y Guerrero y su paso por la comunidad, el sistema educativo del municipio de Huásabas, tenencia de la tierra, el programa Manos a través de la frontera y su intercambio cultural así como de visitantes entre Huásabas y un poblado llamado Tongoy de la hermana República de Chile donde se homologa al inca con el ópata; sobre don Policarpio Moreno Durazo, profesora Carmen Fimbres Acuña, licenciado José Guadalupe Noriega Moreno, don Rubén Durazo Torres. Tantos y tantos trabajos escritos por don Ricardo a cual más de interesantes. Desde luego no podemos dejar de mencionar la obra Huásabas, Sonora, su Historia y Genealogía; un esfuerzo de once años en que don Ricardo, en colaboración con don Paco Leyva Fimbres (actualmente en Tucson, Arizona), en 203 páginas exponen la historia de Huásabas, sus gentes y sus formas de vida, desde su fundación (1645) hasta la actualidad. Este trabajo se presentó por primera vez en 1987, la 2º edición con ampliación en 1993. En 1998 pregunté a don Ricardo: - ¿Cuáles son los dos aspectos de la historia de Huásabas que más lo han impresionado?
- Uno: que el gran historiador, el jesuita Juan Nentwig, haya escrito en Huásabas El Rudo Ensayo (1764), donde habla de todos los pueblos del Sonora de aquel entonces, incluyendo un mapa. Dos: el hecho de que en Huásabas no se ha cometido un homicidio ni ha ocurrido un suicidio desde 1935 a la fecha, lo que habla de lo pacífico de su población. - ¿Su gran ilusión?
-La instalación de un museo tipo regional en Huásabas, que rescate las tradiciones y costumbres de antaño, el Huásabas de ayer.
Gracias al esfuerzo del mismo cronista, un modesto museo regional abrió sus puertas en el año 2000 en Huásabas, don Ricardo lo cuido y nutrió hasta el final de sus días. mocionaba escucharlo también en aquel 1998, cuando nos dijo de un sujeto “que echó a andar el molino antiguo de Huásabas y que data de 1672, no con piezas genuinas pero con el mismo sistema, llegando a procesar una tonelada diaria de trigo o diez fanegas como la primera vez y que, según investigaciones, no hay en Sonora, en todo México y en el mundo, uno que se le iguale y que esté funcionando”.
De las aguas termales; pinturas rupestres y cerámicas localizadas en Cara Pintada, La Junta, El Cajón de los Pilares y Agua Caliente; de muchas cosas nos habló don Ricardo, un hombre que amó a su pueblo y a su tierra, que demostró con su trabajo cómo Huásabas, a pesar de ser uno de los municipios más pequeños en extensión territorial y con escasa población de Sonora, cuenta con una historia muy importante en el desarrollo de nuestro Estado.
Descanse en Paz.
Publicó diversas investigaciones acerca de minas legendarias, tesoros, la famosa legua (otrora manzana de la discordia) entre Huásabas y Granados, fantasmas, el peregrinar de don Juan Navarrete y Guerrero y su paso por la comunidad, el sistema educativo del municipio de Huásabas, tenencia de la tierra, el programa Manos a través de la frontera y su intercambio cultural así como de visitantes entre Huásabas y un poblado llamado Tongoy de la hermana República de Chile donde se homologa al inca con el ópata; sobre don Policarpio Moreno Durazo, profesora Carmen Fimbres Acuña, licenciado José Guadalupe Noriega Moreno, don Rubén Durazo Torres. Tantos y tantos trabajos escritos por don Ricardo a cual más de interesantes. Desde luego no podemos dejar de mencionar la obra Huásabas, Sonora, su Historia y Genealogía; un esfuerzo de once años en que don Ricardo, en colaboración con don Paco Leyva Fimbres (actualmente en Tucson, Arizona), en 203 páginas exponen la historia de Huásabas, sus gentes y sus formas de vida, desde su fundación (1645) hasta la actualidad. Este trabajo se presentó por primera vez en 1987, la 2º edición con ampliación en 1993. En 1998 pregunté a don Ricardo: - ¿Cuáles son los dos aspectos de la historia de Huásabas que más lo han impresionado?
- Uno: que el gran historiador, el jesuita Juan Nentwig, haya escrito en Huásabas El Rudo Ensayo (1764), donde habla de todos los pueblos del Sonora de aquel entonces, incluyendo un mapa. Dos: el hecho de que en Huásabas no se ha cometido un homicidio ni ha ocurrido un suicidio desde 1935 a la fecha, lo que habla de lo pacífico de su población. - ¿Su gran ilusión?
-La instalación de un museo tipo regional en Huásabas, que rescate las tradiciones y costumbres de antaño, el Huásabas de ayer.
Gracias al esfuerzo del mismo cronista, un modesto museo regional abrió sus puertas en el año 2000 en Huásabas, don Ricardo lo cuido y nutrió hasta el final de sus días. mocionaba escucharlo también en aquel 1998, cuando nos dijo de un sujeto “que echó a andar el molino antiguo de Huásabas y que data de 1672, no con piezas genuinas pero con el mismo sistema, llegando a procesar una tonelada diaria de trigo o diez fanegas como la primera vez y que, según investigaciones, no hay en Sonora, en todo México y en el mundo, uno que se le iguale y que esté funcionando”.
De las aguas termales; pinturas rupestres y cerámicas localizadas en Cara Pintada, La Junta, El Cajón de los Pilares y Agua Caliente; de muchas cosas nos habló don Ricardo, un hombre que amó a su pueblo y a su tierra, que demostró con su trabajo cómo Huásabas, a pesar de ser uno de los municipios más pequeños en extensión territorial y con escasa población de Sonora, cuenta con una historia muy importante en el desarrollo de nuestro Estado.
Descanse en Paz.
* José Luis Barragán es periodista con 30 años de experiencia. Escribe para varios medios del norte de México. E.mail: imagenes_279@hotmail.com